Desde que era niña había cosas que creí a ojos cerrados porque muchos se encargaron de recordármelo todos y cada uno de mis días... Como que era un fenómeno de circo por mi sobrepeso, que Si no había ropa de mi talla (en mi pueblo las tallas llegaban hasta la L) era porque no era una persona normal, o que si tan sólo tuviera la fuerza de voluntad para adelgazar sería merecedora de un amor de verdad, porque a los hombres no les interesan las mujeres gordas para una relación a largo plazo...

Hace poco volví a ver las fotos de mi adolescencia y niñez, (la que acompaña este artículo es de cuando tenía 15 años y tuve que usar una camiseta de hombre porque no había una camiseta de mujer que fuera de mi talla) y me di cuenta de algo que para algunos podrá ser obvio, pero que yo no lo sabía... y es que yo no era un fenómeno de circo... 

Dio la casualidad de que junto a ese evento en particular me encontré un vídeo de Maquis Camargo sobre Body Positive y rompí en llanto, porque me di cuenta de que mi vida pudo haber sido muy distinta si hubiera tenido a alguien así en mi vida.

Debido a todos esos comentarios maliciosos de "amigos" y familia, crecí creyendo que no era suficiente para merecer el amor de nadie y agradeciendo cuando cualquier hombre (por más tóxico e inútil que fuera),  se fijaba en mi, porque tenía la seguridad de que  no habría nadie más en el mundo que pudiera amarme.

Hoy por hoy mi vida es un desastre en todos los sentidos... pero me he prometido a mi misma tratar de cambiar décadas de esos pensamientos y empezar a amarme a mi misma... empezar a pagar esa deuda que tengo pendiente con mi yo de quince años... Quizá si empiezo ahora, a mis cuarenta y tres años, puedo lograrlo antes de morir, lo que si es cierto es que no quiero pasar otro año más no amándome y haciendo lo posible para demostrarlo.

Ese será mi propósito para este 2023.