En los últimos dos años, el adviento se ha convertido en una de las tradiciones de mi familia, y es una de esas tradiciones que me gustaría compartir con todos ustedes.

Por si no lo saben, el adviento es un tiempo de preparación espiritual para celebrar el nacimiento de Jesús. Durante 4 semanas se realizan actividades que deben servir para reflexionar y agradar a Dios, la idea es reflexionar sobre el amor, la tolerancia, la paz y la fe y cómo somos nosotros un instrumento de Dios para eso..
En mi familia, todos los años hacemos una serie de actividades durante los 28 días de adviento, y una vez realizada la actividad compartimos la reflexión en familia y nos comemos un caramelo.









Se me ha ocurrido compartir con ustedes mi calendario de adviento diario...

La primera "tarea" por decirlo de alguna manera fue recordar a quienes ya no están...

Fue algo bonito, recordar con la familia...  recordar por ejemplo, como mi abuelita Ticha nos recibía a todos los nietos y nietas en su casa, mientras nuestros padres luchaban por un mundo mejor... como todas las tardes nos hacía tortillitas (más o menos como las tortillas guatemaltecas) y pequeñas cuajadas que las acompañaban...Como mi bisabuela estaba siempre al pendiente de las personas que la rodeaban y era capaz de viajar kilómetros por visitar a un enfermo... Mi abuelo José Luis, con quien compartíamos el gusto por los libros y por la música, aunque en mis tiempos de adolescente creo que tuvimos algunas diferencias... y como una vez sorprendio a todos los niños de San Juan del Obispo llevándoles pequeños regalos navideños, y compro pequeñas velas para el árbol de navidad... Recuerdo también como mi tía Verónica me compraba libros de cuentos cada vez que estaba en Managua, y como los ponía todos en el suelo y pasaba horas leyendo, viviendo aventuras con Tom Sawyer y Huckleberry Finn... O mi tío Luis que nos levantaba antes del amanecer para ir a recoger la leche a Santa Teresa y mi prima y yo (la única que me comprendía) jugabamos a las muñecas en la caseta del café... o mi abuelita Lolita que nos cosía ropa y me regalo mi única barbie... o cuando mi abuelo Luis Guillermo dijo que ya era hora que le tuviera miedo a algo (despues de llorar por caerme de un colchón a la edad de 3 años) porque era una niña hiperactiva y temeraria.

Es bueno recordar de dónde venimos y que las nuevas generaciones conozcan a los que ya no están, después de todo, mientras los recordemos seguirán vivos por siempre. 

Realmente me siento afortunada por pertenecer a una familia de mujeres fuertes y de hombres valientes, llena de amor y donde siempre he podido seguir mis sueños, independientemente de cualquier cosa...