El domingo salí de paseo con Zenayda y pasamos por una tienda, ella decidió entrar y probarse algunas piezas... mientras ella estaba en el probador empece a ver algunas cosas por mi cuenta... en eso se acerco una señora de edad, y le dijo a la dependienta: "Que gorda esa muchacha, verdad?", la dependienta sólo sonrío y no le dijo nada, así que la señora continuo... "Yo digo que la gente gorda debe sentir lo mismo que nosotros, la gente normal"... De repente sentí que la cólera me invadía el cuerpo, me di la vuelta dispuesta a decirle por donde podía meterse su concepto de "gente normal", pero un poco de razón entro en mi cuerpo cuando vi a Zenayda viéndome, a la expectativa de qué iba a hacer, me trague mi cólera y sólo le desee un buen día, y me retire, no sin dar gracias a Dios por no estar en la misma escala de normalidad que esa mujer.