Aunque mi abuela era novelera, en mi casa esa tradición no es bien vista, quizá por eso me perdí de novelas que marcaron historia en mi país como Xica Da Silva, Roque Santeiro, Rosa Salvaje... entre otras, sin embargo hubo una novela que marco mi vida para siempre, y esa fue Corazón Salvaje (la de los noventas), donde además de definir lo que es un hombre del que enamorarse (Valiente, noble, inteligente, fiel, terco, que lo ame a uno de corazón, etc.), tenía la idea de lo que se esperaba de una mujer (en el caso de Mónica: humilde, servicial, fiel, callada, que supiera cocinar, dedicada a la caridad, etc...)

Y es que teniendo a Eduardo Palomo (q.e.p.d) enfrente, cualquier otro punto es difícil de ver... pero en fin, La última vez que me lance un maratón con la telenovela, me di cuenta de que más que decirnos a las mujeres que debemos respetar los roles establecidos por la sociedad  si queremos terminar con un buen hombre junto a nosotras, pasa toda la novela diciéndonos que no es necesario seguir todas las reglas, pero sí ser fieles a nosotros mismos y luchar por lo que queremos sin dañar a los demás... El ser vírgen no es necesario, pero si el ser honestas y sinceras...

Después de descubir esto, volvi a querer ser esa mujer que merezca estar junto al hombre que la ame, aunque no por los valores tradicionales de las mujeres, sino por ser yo misma, inteligente, independiente... en fin, todo lo que me hace ser única y maravillosa.