Desde mucho tiempo antes de que se estableciera la fecha en la que se celebra el nacimiento de Jesús este tiempo fue siempre propicio para establecer la comunicación entre los seres humanos, principalmente entre las familias y los miembros de cada comunidad.

En un principio todo tenía que ver con el día más corto y frío del año, en el hemisferio norte y con el día más largo y más cálido en el hemisferio sur.

Actualmente y aunque no sea con exactitud, la fecha marca el final de una era, y el comienzo, consecuencia lógica del inicio de la era cristiana, a la que los ateos llaman simplemente era común o nueva era. De todos modos el nacimiento de Jesús ha representado el hito más importante en la historia de la humanidad, lo cual ha sido reconocido por todas las culturas y religiones del mundo, aunque no sean cristianos.

Jesús inauguró una época en la que Él predica el amor y la solidaridad entre todos los seres humanos, sin distingo de raza ni religión y del mandamiento que dejó de “Amarse los unos a los otros…” de donde se desprenden las manifestaciones de cariño que se hacen más evidentes en estas fechas.

Aprovechando esa coyuntura, actualmente la navidad es una época en la que los medios de comunicación se desbordan en emitir y transmitir mensajes, muchos de ellos comerciales, pero siempre llenos del deseo de la felicidad, el bienestar y la prosperidad de los recipiendarios, sin importar su clase social o su situación económica.

Para las industrias y los comercios es la época de aumentar sus ventas y por eso despliegan toda clase de campañas publicitarias, tratando de atraer nuevos clientes y de ser posible, conquistar unos nuevos.

Las y los emprendedores deben aprovechar estas fechas para crear vínculos con sus posibles y potenciales consumidores. Para tal efecto, una pequeña muestra de su producto puede ser un agradable presente navideño, pero debe enviarse antes de la navidad, para que pueda tener el efecto de despertar el deseo de adquirirlo ya sea para el propio consumo o para regalarlo a un ser querido. Cuando se realice esta acción debe parecer un presente de amistad y no solamente una motivación comercial enviada con el propósito evidente de ser parte de una estrategia de marketing, más bien debe servir para despertar la simpatía de la persona que lo recibe y que se sienta alagada por el aprecio que le muestra quien se lo envía.

Esa es una forma política de mercadeo, pero debe ser sutil, para crear la solidaridad de quien recibe el regalo, por la emprendedora que lo envía.

De todos modos aunque el deseo de aumentar las ventas de nuestros productos es  una necesidad legítima, no debemos olvidarnos de que el propósito de celebrar la navidad del Niño Dios, es el de fortalecer los lazos de amistad, cariño y solidaridad entre los seres humanos y no sólo un pretexto de la sociedad de consumo, para hacer que la gente gaste más de lo necesario engrosando nuestros bolsillos. Eso sería sumamente egoísta y estaría fuera del legítimo espíritu navideño.

Quiera Dios que estas ideas que caigan en tierra fecunda y que nos ayuden a alcanzar nuestros deseos de ¡Una Feliz Navidad Para Todos, y que el año 2021 nos retribuya de todos los sinsabores que nos deja el año que termina!