Posiblemente todos ustedes han escuchado la historia de Shekeaspeare.... Sueño de una Noche de Verano, sin embargo mi versión favorita es la que mi padre me contaba cuando era niña... la historia iba más o menos así....

Hace mucho, mucho tiempo había dos reinos vecinos... y dio la casualidad de que ambas reinas quedaron embarazadas al mismo tiempo... al pasar los nueve meses una de las reinas dio a luz a una preciosa niña, y la otra reina dio a luz a un hermoso niño.

Por cuestiones del destino, una bruja lanzo una maldición sobre el pequeño príncipe y lo convirtio en burro, diciéndo que el hechizo se rompería sólo cuando le dieran un beso de veradero amor.

Los reyes preocupados miraron con impotencia como iba creciendo el pequeño principe burro, y se preguntaban si sería posible que alguna mujer se enamorara de él, siendo un burro.

Mientras tanto en el reino vecino la pequeña princesa crecía como la más bella de todas las mujeres y llegaban propuestas de matrimonio de muchos reinos, pero ella siempre decía que no, no estaba interesada en ninguna de sus propuestas.

Cuando ya eran adultos, los padres del príncipe burro invitaron a todas las princesas a una fiesta, con objetivo de que su hijo conociera a una bella princesa, lo vistieron con ropas de oro, le peinaron la cola y le llenaron de joyas, sin embargo las príncesas no se interesaban en él... cuando nuestra princesa llego y vio al pequeño príncipe burro se enamoro al instante de él.

Su padre preocupado habló con el padre del príncipe burro, y ya que no podía decir la verdad sobre el príncipe burro, le ofrecio al padre de la príncesa la mitad de su reino... de esa manera la boda se puso en marcha... Se llego el día de la boda y la princesa radiante se caso con su principe burro, cuando le dio su primer beso de verdadero amor, el príncipe burro se transformó en el príncipe más bello jamás visto. La princesa lo vio con cara de decepción y luego empezo a llorar, diciendo al mismo tiempo... "yo quiero a mi burro, de haberme querido casar con un prícipe habría aceptado a cualquier otro.... pero yo quiero a mi burro"

La moraleja de la historia es que aunque en los cuentos pase, en la vida real, a la hora de buscar a nuestra alma gemela, debemos buscar lo que queremos desde el principio... porque en la vida real es muy raro que los burros se conviertan en príncipes.