Me han preguntado últimamente a qué se debe mi obsesión con lo rosado... y es que la verdad, si me paso un poco con el color (Cámara + teléfono + mause + cartera + computadora de mariposas + calculadora + regla + Cortinas)... y para darle un tono serio a mi obsesión doy explicaciones como estas:

1. Es una forma de identificar mis posesiones, pues camaras abundan en color plateado o negro, pero no muchos tienen cámaras rosadas.

2. En un medio como en el que vivo, donde hay muchos hombres (por ejemplo, en mi oficina trabajan 20 hombres y sólo somos 5 mujeres), es una forma de asegurarme de que no agarren mis cosas.

Pero aunque pueden ser razones lógicas, creo yo que no son la razón principal para que use el rosado... la razón principal va más allá, para ser exáctos, a la década de los ochentas, donde mi mamá (el módelo que todas las niñas tenemos para aprender a ser femeninas), dejo a un lado toda su coquetería para luchar por los más necesitados, así que yo perdida en un mundo de hombres (eramos más o menos 25 nietos y sólo 4 mujeres), aprendí de ellos a ser yo... por lo que núnca me había considerado femenina... es más, hasta bien entrados mis veintes me daba vergüenza utilizar accesorios femeninos como cosas rosadas, perfumes, carteras, joyería...

Aún ahora no me van los tacones (pero he adquirido el gusto por los zapatos), me encantan las carteras gigantes (las siento más cómodas y útiles que aquellas donde apenas me alcanza el celular), me encantan los perfumes y sigo odiando la joyería... he aprendido que ser femenina no es una debilidad, y que el trabajar en un medio masculino no significa que todo a mi alrededor deba oler a testosterona... (Para pesar de mis 2 compañeros con quienes comparto oficina)...

así que he declarado mi feminidad a través del rosado, como forma de reivindicación por todos los años que renegué de mi propio género... suponiendo que para ser tomada en cuenta debía dejar a un lado mi feminidad y convertirme en una cosa sin género, que se adapta a su medio.