La población Mundial en la actualidad es de 6,000 millones de habitantes, de los cuales el 52% somos mujeres, y de ese porcentaje el 57% vive en el campo.


Cuando Dios hizo al hombre, vio que estaba solo y entonces se dijo “Le haré una compañera”, y así nació la mujer.

Con el pasar del tiempo el ser mujer tomo muchos significados, y pasamos poco a poco de ser compañeras a ser una de las clases más bajas de la sociedad.

Gracias a días que festejan a las mujeres (el día internacional de la Mujer Rural 18 de Octubre, o el Día Internacional de la Mujer 8 de Marzo) es que el papel de las mujeres dentro del desarrollo se ha visibilizado y ya no se percibe un desarrollo sostenible sin la participación de las mujeres. Es más, este desarrollo no será posible si antes no reinvindicamos nuestro derecho a la vida, a la igualdad de oportunidades, a la educación, a la información y a tantos otros derechos que por generaciones se nos han negado, somos seres humanos con habilidades y posibilidades.

Yo me atrevo a decir, no sólo que un desarrollo sin participación femenina no es posible, sino que voy más allá, y digo: Un verdadero desarrollo a todo nivel se podrá lograr sólo cuando se nos tome en cuenta como socias y compañeras, en una relación igualitaria de poder.

Suena fácil, ¿verdad?, ¿alguien tiene la respuesta?, ¿existe acaso una respuesta?, muchos responderán, debemos protestar, debemos luchar... pero no me parecen respuestas completas, respuestas idóneas, respuestas correctas.

Durante algún tiempo pregunté a todo aquel que se atravesara en mi camino, hasta que por casualidad, en una charla con mi mamá, encontré la respuesta “El poder de cambiar las cosas esta dentro de nosotras mismas”, pues antes de tratar de cambiar, de exigir respeto, debemos cambiar nosotras, nuestras formas de pensar, de sentir, de actuar, Cuando eso cambie, podremos exigirle a los demás, que nos traten, que piensen y que actúen para con nosotras de manera distinta.

A esto yo le llamo empoderamiento, y es un término ampliamente difundido como parte de las estrategias de desarrollo local y la Lucha contra la pobreza, pero ¿qué es el empoderamiento?

Según la Revista Región y Sociedad, el empoderamiento como un proceso por medio del cual las personas incrementan su capacidad de configurar sus propias vidas y su entorno, una evolución en la concientización de las personas sobre si mismas, en su estatus y en su eficacia en las interacciones sociales[1].

Pero el empoderamiento no se basa únicamente en la ampliación del acceso a la toma de decisiones, sino que abarca todos aquellos procesos que las conducen a percibirse capaces, y con derecho para ocupar este espacio. En las formas más innovadoras, empero todavía convencionales, de la participación, el Empoderamiento es descrito como la posibilidad de realizar elecciones. Desde la perspectiva de las mujeres, tiene que incluir la oportunidad de determinar las mismas opciones, modificando las relaciones de poder que las afectan, lo cual corresponde a desafiar las estructuras que las subordinan.[2]

Dicho en otras palabras, empoderarnos significa ser capaces de tomar nuestras propias decisiones, en base a información completa y correcta, y no solo eso, sino que podemos determinar nuestras propias opciones en base a nuestros intereses.

Pero al ser este un proceso personal hasta cierto punto nadie, puede afirmar que va a empoderar a las mujeres, ya que somos las mujeres las que debemos empoderarnos a nosotras mismas.

Ya empoderadas, seguras de nosotras mismas, con una clara visión de nuestro futuro y de lo que queremos lograr, seremos capaces de participar activamente, de compartir nuestras experiencias y de buscar soluciones en conjunto, ya no como un proceso individual de empoderamiento, sino como algo más grande. Como una Población empoderada, y entonces si, llego el momento de exigir que se cumplan nuestros derechos y participar en la vida política, social y económica de nuestro país. PODREMOS CAMBIAR NUESTRAS VIDAS!!!

Es entonces ese el reto que se nos presenta a las mujeres, y más aún a las mujeres jóvenes, Tomar el poder de cambiar nuestras vidas y de cambiar realidades, es un reto abrumador, pero los retos sólo son oportunidades para demostrarle al mundo el material del que estamos hechas... ¡Aceptemos este Reto!, ¡Comprometámonos con el cambio!, ¡Luchemos por un mundo nuevo, un mundo mejor, un mundo diferente.... Un mundo que esté a la medida de nuestros sueños!.



[1] Catalina Denman, Patricia Aranda, Elsa Cornejo. Programa de Salud y Sociedad de El Colegio de Sonora. Revista Región y Sociedad. Volumen XI, No. 18. 1999
[2] Maddalena Pezzotti. Participación y Empoderamiento de las Mujeres Centroamericanas. Apuntes para estrategias de los Organismos de Cooperación. Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer.