Ya van un poco más de tres meses desde que mi papá murió, y debo reconocerlo, hablar de marketing y comunicación, sin él, no es lo mismo, no sabe igual.

A inicios del año tenía dos potenciales caminos frente a mi... Por un lado estaba Antojitos Tita y los postres, por el otro La Pata de Perro y la Comunicación... y aunque lo ideal sería no tener que elegir entre ambos, la experiencia me ha enseñado que debo hacerlo...

El mes pasado el carro de mi hermano se daño y necesitábamos recoger dinero para poder mandarlo a reparar, me decidí hacer un sorteo para emprendedores, en el que el primer premio sería la creación de una página web, el costo de la acción era de Cinco dólares, compartí la información en mis redes sociales, la compartí con emprendedores, que se de primera mano, que necesitan una página web... El resultado, sólo 4 personas se anotaron en el sorteo... Y he aquí mi dilema... ¿Debo continuar escribiendo de comunicación en este blog, procurando vender mis servicios de Community Manager?, sobre todo porque vivimos en una sociedad donde todavía se cree que la comunicación, el marketing digital y la publicidad es algo que se le puede pedir a un sobrino... o por el contrario, ¿Debo dedicar mi tiempo a otras actividades que me permitan ganar dinero para tener la independencia financiera de dedicarme a las cosas que amo?...

La decisión es clara... seguiré con mi emprendimiento de postres tradicionales y volveré a disfrutar mi pasión por escribir, tomar fotografías y hacer vídeos, sin presionarme, de esa manera La Pata de Perro volverá a ser mi refugio seguro a las vicisitudes de la vida real...