Desde mi cumpleaños estoy funcionando en automático... sin poder creer que los días junto a mi papá, cómplice y amigo estaban contados... 

Tres días antes de mi cumpleaños mi papá fue hospitalizado y después de varios días nos dieron un diagnóstico desgarrador... le descubrieron cáncer en etapa terminal de hígado, pulmones y con metástasis en la columna, producto del cual perdió su capacidad de caminar.

Hoy hace 13 días murió mi papá, a las 8 de la noche, mientras dormía, tranquilo y sin dolor. Eso es lo único que me llena de consuelo, que ya no sufre, pero cada vez que pienso en que ya no podré ver televisión con él, o hablar de historia de Roma, o discutir por que compositor era mejor (para mí Chopin, aunque para mi papá era Mozart), mi corazón se hace pedazos y me cuesta respirar....

Una semana antes de morir, le salió un artículo en el celular sobre la importancia de visualizar lo que queremos para poderlo lograr, y me preguntó qué pensaba hacer en 10 años... Le dije algo así como cuidar a mi perro y hacer postres, a lo que él me preguntó si no pensaba seguir escribiendo y tomando fotografías, le dije que sin él, eso ya no tendría sentido para mi... me quedo viendo seriamente y me dijo... No quiero que deje de escribir, haga lo que ama, y hágalo lo mejor que pueda, me gustaría poder ver la escritora en la que se convertirá....

Hoy, a veinte días de esa plática, me he hecho el propósito de volver a editar su libro y hacer una edición impresa en Nicaragua... además de terminar sus proyectos inconclusos...

Hoy más que nunca a pesar de las ganas horribles que tengo de llorar y dejar todo a un lado, su deseo me impulsa a seguir...