Hoy hay dos cosas distintas de las que hablar... al menos así pensé que sería hasta hace un mes, pues en mi mente una no tenía relación con la otra..., y fue justo el 13 de Diciembre que me di cuenta que ambos temas estaban más relacionados, por lo menos para mi, que lo que alguna vez había pensado.

El 13 de diciembre, a las 6 de la mañana murió mi hermano menor, producto de un ataque al corazón... dejo tras de sí a una familia adolorida, que todavía no logramos procesar al 100% que él ya no está... y justo hoy, que cumple un mes de muerto es el día mundial de la lucha contra la depresión...

Supongo que debo explicar porque, en mi corazón, ambas cosas tienen relación.

Hace casi siete años murió mi mamá, y nuestro mundo cambió casi de la noche a la mañana, pasamos de tenerla a ella, y tener trabajos estables, a ser adultos de edad media desempleados, y teniendo que buscar de dónde sobrevivir... Mi hermano se empezó a encerrar en su mundo... Cuando por fin encontramos algo de estabilidad, mi padre murió, y aunque ya económicamente no estábamos tan mal, si fue un duro golpe para los dos... Después de eso le dio COVID, y tuvo efectos secundarios que agravaron su asma y lo tuvieron muy enfermo durante meses... Todo eso hizo que mi hermano se deprimiera cada vez más, se aislara a su propio mundo y empezara a hablar de la muerte... aún así, no pensé que tuviera una depresión tan grande como para que su enfermedad fuera más grave y los esfuerzos necesarios para mejorar le fueran tan difíciles y pesados... 

Ahora, después de su partida me doy cuenta de lo deprimido que estaba, y de que, aunque el amor que sentía por sus hijas lo impulsaba a luchar, él cada día estaba más triste... Me toco ver cómo el hombre alegre y pachanguero tornarse una persona que prefería no salir... y cambiamos los papeles... paso de ser él el que me obligaba a salir una vez al mes de la casa, a ser yo quien le insistía en visitar algún lugar cercano para así cambiar de ambiente...

En este mes que ha pasado hay una pregunta que ronda mi cabeza... y puede no ser la pregunta más justa del mundo, pues no dependía de mi... pero una y otra vez vuelve a atormentarme... 

¿Qué pude haber hecho para que su muerte no pasara?...

He consultado a dos psicólogas al respecto y lo primero que me dijeron es que No fue mi culpa... asumiendo eso... aún hay cuatro cosas más que se podrían hacer...

  1. Comunicación abierta y sincera, aunque para eso ambas partes deben estar dispuestas.
  2. Evitar el aislamiento... ¿Debí haber insistido en qué saliéramos?... no lo sé, porque no es lo mismo estar rodeado de gente que no estar sólo. Creo que a partir de este punto ya todo depende de la persona afectada, y lo que yo pude haber hecho era muy poco.
  3. Reconocer que se tiene un problema... 
  4. Pero lo último es lo más importante... BUSCAR AYUDA.
Lo único que puedo decir es que la depresión transformó el carácter de mi hermano, siempre feliz, que se sentía amado por su familia a una persona que creyó que estaríamos mejor sin él.

Sólo recuerden, si viven algo similar... BUSQUEN AYUDA lo más pronto posible... no perdamos más hermanos o hijos debido a la depresión.