La semana pasada se estreno la serie de Marvel She-Hulk y como fiel seguidora me fi el primer episodio... Debo decir que no es de mis favoritas, sobre todo por la calidad de los efectos especiales (tan importantes en una película de super héroes.... aún así hubo una escena que es de mis favoritas, y que me encantó.

Nuestra protagonista se encuentra confundida, pues no sabe que se ha convertido en una Hulk, no sabe dónde está, esta sucia y sin zapatos, a la distancia ve un bar y se dirige a él para ir al baño y limpiarse un poco... de la nada aparecen un grupo de mujeres, quienes creyendo que ella  era víctima de abuso doméstico le prestan su ayuda... He de decir que fue una escena que me llego al corazón, pues yo también he vivido ese espíritu de hermandad y solidaridad, precisamente por eso me sorprendió sobre manera la polémica que ha causado, sobre todo en los hombres ya que lo miran como un momento forzado e imposible que se introdujo en la serie sólo porque si.

Desgraciadamente, en el mundo en el que vivimos, y que nos ha convencido de que las otras mujeres son nuestra competencia estos momentos no son tantos como me gustaría, pero de que existen, existen... Yo en lo personal lo he vivido en carne propia, y han sido maravilloso, pues es un momento recíproco en el que recibimos tanto cariño como el que damos, y nos ayudamos las unas a las otras a llegar más lejos.