Voy a hacer una dinámica diferente, pues esta vez, no seré yo la que cuente la historia de hoy, sin embargo, antes de dejar a otro tomar la palabra, quiero decirles lo que significa para mí que esta historia se cuente, y es que siempre que hablo de mis estudiantes me embarga la emoción porque me siento sumamente honrada de haber tenido la oportunidad de conocer a personas con tantas ganas de salir adelante, con tantas ganas de cambiar el mundo…

Allá por el 2011 entró Glem a estudiar al CEAR Telpochcallí, en donde como ustedes saben, trabajé como su directora, y siempre me sentí profundamente satisfecha por el ánimo y disposición que demostraba Glem en todas las actividades del centro… Así que cuando surgió la posibilidad de financiar planes de negocios de estudiantes graduados del CEAR (apoyados por el organismo Taller de Solidaridad), Glem estuvo entre los estudiantes que se tomaron en cuenta.


Así que sin más preámbulo, les comparto la historia de Glem…

Con esfuerzo y dedicación, lo sueños se hacen realidad…


Mi nombre es Glem Mayela Pérez y hace 7 años entre a estudiar al CEAR, pues siempre soñé con llegar a ser alguien en la vida y esperaba que el CEAR fuera la oportunidad de lograrlo.
Aunque estoy casada vivo con mi mamá y con mi abuela, quienes me han apoyado incondicionalmente en todas mis decisiones.

Mi mamá y mi abuela empezaron horneando pan, después pusieron una pequeña pulpería, donde además de pan, vendemos refrescos naturales, perfumes, cuadernos, usted sabe, tratamos de vender lo que la gente busca comprar, pero con lo que más ganamos es con el pan… ahora mi marido se ha metido en eso de vender recargas telefónicas y juntos, los cuatro nos la rebuscamos.

Al principio solo horneábamos pan simple, que era el que mi mamá sabía hacer, pero después en el CEAR me ofrecieron entrar a un curso de panadería y repostería y no lo pensé dos veces para aceptar y así fue como me capacité.

Hace algunos años mi abuela se enfermó de gravedad, y todo lo que ganábamos iba para la salud de ella, deje de estudiar para apoyar a mi mamá, pero aun así a pesar de que trabajamos duro, no era fácil porque la harina, y todo lo que utilizo para hacer pan cada vez estaba más caro y no nos daba para hacer más, viera la gente como venía a preguntar por pan y no nos quedaba más que decirles que no había.

Hace tres años me aprobaron un plan de negocios, y con eso pudimos comprar materia prima, y hasta me he animado a hacer otras cosas, como pasteles, picos y pudines

Además, nos han enseñado como llevar la contabilidad, los libros diarios y como administrar lo que ganemos, así es más fácil ver si estamos ganando o no.

También cambiamos el horno, ahora usamos un horno mejorado para no gastar tanta leña y así poder hacer algo por el medio ambiente.

Antes hacíamos una vez a la semana, o cuando pudiéramos recoger para comprar los materiales, ahora horneamos cuatro veces a la semana, y además de vender el pan en nuestra pulpería, le vendemos a otras tiendas en la comunidad.

Yo sueño con capacitarme más para aprender a hacer diferentes tipos de panes y de postres, mejorar mi panadería y que se convierta en un lugar donde la gente sepa que puede encontrar pan bueno, rico y barato, me gustaría además capacitar a otros jóvenes de mi comunidad para que vean que con esfuerzo y dedicación, todo sueño se puede volver realidad.

Si quiere contratarla o apoyar su sueño de salir adelante, pueden contactarse con ella a través de su página de facebook o llamarla al teléfono: 00 505 8426 2214